Niños y ancianos, juntos en un proyecto para cambiar sus vidas. La iniciativa canadiense.
Tras el salto pego la noticia original.
Básicamente viene a contar que en Seattle han mezclado una residencia de ancianos con una guardería para crear un espacio social con tantos contrastes como vinculaciones. De ahí las ideas de crear residencias-guardería, o residencias-orfanato que es la que a mí más interés me suscita, y contaré el porqué.
En la noticia lo pintan como un lugar de magia y fantasía, donde todo es aprovechamiento: ancianos contando sus experiencias y batallitas y niños nutriéndose de ellas con ilusión, e ilusionando a los ancianos que tienen un nuevo sentido en sus vidas. Falta que los responsables/educadores del centro vayan a lomos de un unicornio alado, repartiendo arcoíris de gominola a su paso mientras ancianos y niños aprenden cada segundo lecciones imprescindibles para la vida.
Ojo, que me parece un «experimento» muy curioso y una idea muy bonita desde un punto de vista emocional. Aunque la realidad es que los niños se sentirán en muchas situaciones muy confundidos por los padeceres de las personas mayores, y estos desbordados por la energía de los chiquillos, montando buenos «circos» en muchas ocasiones. Ni los ancianos están siempre contando experiencias ni los niños están continuamente concentrados y aprendiendo de los demás.
No obstante, no son estos asuntos los que me conciernen, más propios de la educación social y el trabajo social que de la Antropología. Mezclar orfanatos con hogares de ancianos, donde las personas son conscientes del lugar en el que están, y además lo aprueban y lo consienten de manera voluntaria, puede ser una verdadera localización para poner el foco antropológico. ¿Qué clase de relaciones de parentesco pueden surgir de ahí? A priori puede ser una verdadera maravilla si estos centros estuviesen bien dirigidos, el que los chiquillos huérfanos tengan la oportunidad de tener unos referentes familiares, y que estas personas ancianas tengan una motivación tan profunda, e incluso teniendo en cuenta que habrá personas sin nietos a los que les pueda parecer interesante vivir la experiencia.
Sin embargo, ¿cuál sería la relación de parentesco?, ¿los niños la asociarían a un abuelo o abuela sin tener esta clase de referencias previas?, ¿a un padre o madre?, ¿ a unos amigos muy cercanos?, ¿habrá una variedad de todo esto?, ¿se generará una implicación tan profunda en estas relaciones como las de un tipo de familia más normativa?, ¿cómo contemplarán estos niños a estas personas de referencia cuando se hagan adultas y, teniendo en cuenta que los ancianos no tienen una gran esperanza de vida?, ¿qué tipo de emociones se despertarán, y qué relaciones de parentesco se contemplarán?, ¿surgirán las relaciones de incondicionalidad propias de las familias? Se me pone la piel de gallina solo de pensarlo.
La noticia: https://www.lavanguardia.com/vida/20150621/54432436598/ninos-ancianos-residencia-guarderia.html
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