Hace 10 años cuando inicié el Grado de Antropología Social y Cultural, en la primera de todas las clases que recibí, el profesor avisó de que no existía trabajo como antropólogas, que incluso él mismo era estadista de profesión, y que su aplicación antropológica consistía en dar algunas clases para la universidad.
Diez años después, al parecer el panorama ha cambiado. Pese a que todavía te puedes encontrar con indiferencia o extrañamiento cuando indicas tu formación en antropología, por ejemplo en el ámbito del trabajo social o de la enseñanza, percibo a título personal ciertos avances en personas concretas que te preguntan como antropólogo, que te buscan para recibir una opinión referente a cuestiones que ocurren en estos ámbitos.
El año pasado de una manera o de otra, recibí o pude ver la inclusión del perfil del antropólogo en varias ofertas de trabajo. Concretamente en una asociación que trabajaba en intervención sociocomunitaria desde el concepto de interculturalidad. Director/a de una escuela taller. Técnico en intervención sociocomunitaria. También en una empresa de reciclaje para realizar investigación y trabajo de campo. Han dado acceso al menos en mi comunidad a los antropólogos para presentarse a la oposición relacionada con el profesorado de Servicios a la Comunidad en el documento oficial. Esto en 2021 no existía, porque fuimos a quejarnos una colega y yo en diferentes lugares (Consejería, Sindicato, Universidad por accesos en el máster de profesorado, etc.).
Hace unos años escribí sobre la antropología como profesión aprovechando otras jornadas relacionadas con esto y que además fueron muy interesantes. A título personal me gustaron algo más que estas. Creo que ofrecieron una representación más cercana al pie de calle de los antropólogos. Es decir, una visión menos academicista. En aquella ocasión mi visión del tema fue bastante más negativa que hoy; también he de decir que me centré en otros aspectos conceptuales y capacidades de aplicación de la disciplina, así como la visión a pie de calle que yo me había encontrado. Os dejo al final de esta entrada ambas cosas.
Tal vez haya luz al final del túnel. Al menos mi percepción particular ha cambiado levemente. No he visto ningún tipo de estadística ni he recurrido a ninguna información. Tan solo es una percepción personal de que a los antropólogos se les está comenzando a dar más valor por su poderío analítico y sus conceptualizaciones complejas referentes a los fenómenos sociales.
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