Me parece interesantísimo. Es una charla reflexiva de un Catedrático en periodismo. Este martes 26 de enero a las 17:30. Os pongo debajo el enlace a youtube para poder verlo en directo.
Creo que puede ser muy interesante porque desde luego es muy observable la proliferación de páginas de difusión de «news» abiertas a comentarios, donde lo que prima es el diseño del clickbait, el morbo que se pueda generar a través de una miniatura, la cabecera, el título de la noticia. Y, una vez dentro, la información se pueda ajustar a los propósitos ideológicos de su audiencia o a la controversia con los mimos, tocando las fibras de sus sesgos, primando la capacidad de difusión, aunque se vea cómo el rigor o el carácter científico de la información empírica se desvanezca.
Es posible que sea un problema porque lo cierto es que la difusión de información produce dinero, y este se amplía cuanto más atractiva se hace a los sesgos de la audiencia. El «target» es la búsqueda de estimulación del público habitual, priorizando los medios para conseguirlo y dejando en muchas ocasiones en un segundo plano la veracidad.
Con un colega hemos comprobado en alguna ocasión cómo Google «te da lo que buscas», es alimento para tus sesgos. Si quieres que, por ejemplo, un producto alimenticio sea bueno o positivo para tu propósito porque así lo defiendes, en algún rincón de google lo encontrarás, aunque sea el alcohol o las grasas saturadas. Si buscas lo contrario sucederá lo mismo. Y así con casi todos los ejemplos que se os puedan ocurrir. Busca una afirmación o la contraria, la tendrás.
La vorágine donde la información se aloja en la nube tiene la capacidad de alimentar cualquier orientación ideológica, posición filosófica, cualquier dilema o problema con las fórmulas más ajustadas a la realidad que cada individuo desee.
La orientación científica de la información es un tostón antimainstream que no tiene cabida en la ansia voraz de tragar información inmediata a golpe de click. Es muy costosa de producir y desarrollar, requiere de muchos conocimientos al alcance de un porcentaje minoritario de personas, lo que conlleva mucho trabajo de gente que habitualmente no están remuneradas o debidamente remuneradas. Es prácticamente una batalla perdida contra las Fake News tan atractivas, asimilables y comestibles en un par de paradas de autobús o esperando al amigo que tarda en llegar para echar unas cervezas. Son el fruto de una necesidad ajustada a los tiempos que corren. Gente deseosa de conocimiento en la era de la información, pero con poco tiempo específico para dedicarse al mismo. Personas que acaban sabiendo de todo pero sin saber de nada.
Supongo que la producción y difusión de Fake News es otro trabajo más, en una estructura cultural y social en la que debes encontrar la forma que sea de producir ingresos a riesgo de que acabes desempleado, sin recursos, sin estatus, sin acceso al fetichismo de las mercancías en esta carrera competitiva. O una forma de que no te exploten en un trabajo indeseable; o de crecer personalmente, hacerse notar, disfrutar de la aceptación de tus contenidos… Será el fruto de múltiples factores, donde se incorporan elementos morales, prioridades sociales, estilos de vida, aspectos psicológicos, anomia. El caso es que el marketing se está convirtiendo en el hijo del demonio.
Os pego el Tweet de José Manuel Torralba. A ver cómo se las apaña Carlos Elías en la charla y qué orientación le da. Desde luego que apetecer, apetece:
Ya estamos preparando el nuvo seminario en #reflexionesciencia Otro interesante tema transversal de máxima actualidad: «El declive de la Cultura Científica en la era de las Fake News», por un auténtco especialista en el tema, Carlos Elías, catdrático de periodismo de la @uc3m
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